“Es mejor escribir para sí mismo y no tener público, que escribir para el público y no tenerse a sí mismo”

Cyril Connolly

martes, 19 de julio de 2011

“Echar las cartas” EL TAROT.

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Nada se sabe con exactitud del origen de este milenario arte, algunos lo adjudican al antiguo Egipto, donde seria vestigio del dios THOT  (dios egipcio de la magia, las ciencias y la matemática, conocedor del pasado, presente y futuro)  proviene de maestros espirituales que "guardaron" en las imágenes simbólicas sus conocimientos herméticos. En las escuelas esotéricas y herméticas de occidente, las "claves" del Tarot han servido como vías de autoconocimiento y ascenso espiritual, ya sea a través de la meditación en ellas o mediante el estudio de sus mensajes y relaciones.


Consta de 22 arcanos mayores y 56 menores, los 22 arcanos mayores representan los principios universales, los arquetipos, los estados de evolución desde los valores más elevados del hombre, hasta los aspectos más sombríos de la personalidad, mientras que los menores representan los acontecimientos más puntuales, los detalles, es el tema especifico  dentro del arcano mayor como arquetipo.

El arte de “echar las cartas” ha fascinado a la humanidad desde su comienzo, tanto al que las lee como a quien le es interpretado. El hombre siempre a buscado en las artes adivinatorias respuestas a incógnitas, aflicciones y conflictos del presente, también a modo de especular con sus mas íntimos deseos de realización.

Sea interpretado por “videncia” o como lectura del inconsciente de forma más “científica” estudiando las claves que nos proporcionan sus dibujos, no hay que olvidar que es un JUEGO, que nos puede orientar en el presente, mostrando un panorama de donde estamos parados y porque, si nos muestra adonde podríamos dirigirnos en el futuro pero eso depende mucho de que la persona se concientice de lo que quiere a partir de esa información, ya que el futuro cambia constantemente, por nuestros deseos e intenciones y más aun nuestros estados, que deseando un cambio sin tomar la actitud correcta no ocurrirá.

Hay que rever lo que se va a buscar en una lectura, si una justificación al infortunio y a que nos digan que todo va a cambiar maravillosamente, sin poner el mínimo esfuerzo de nuestra parte (lo cual es inviable) o tratar de ver puntos de vista que no habíamos tenido en cuenta al estar dentro de determinada situación, para tratar de salvarla y volverla en nuestro beneficio. Todo está en movimiento y cambia constantemente, mucho más aun nuestro futuro que depende esencialmente de nuestro presente y acomodándolo a nuestro favor con seguridad este será igual de benevolente. Se cuenta también con el tema de la sugestión, que no es un detalle menor, ya que de convencerse de alguna circunstancia que se pueda predecir  en una lectura a él consultante podría  provocarle determinado “shock”  y será suficiente para que se convierta en realidad ya que no hay nada más certero que el convencimiento a nivel inconsciente. Las personas son dueñas de cancelar un mandato o una sugerencia frente a algo que se diga en una lectura de cartas y no les convenga. Pero no desde la terquedad, sino de tomar las previsiones adecuadas frente a la situación y cambiar el rumbo que los aleje de ese “peligro”. Hay que tener mucho cuidado al realizar una lectura frente a la sensibilidad de quien consulta, que llega con determinadas expectativas sobre la lectura y sobre la persona que lo interpreta. En conclusión con la lectura de cartas vemos una de las tantas posibilidades, porque el siguiente paso dependerá absolutamente de nuestras decisiones y el futuro se hace a cada instante.







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