“Es mejor escribir para sí mismo y no tener público, que escribir para el público y no tenerse a sí mismo”

Cyril Connolly

miércoles, 13 de julio de 2011

El lugar que habitamos determina y condiciona el estado interno.



Hay mas relación de la que parece, en varios niveles, desde marcar el rasgo mas profundo de su personalidad, hasta la construcción energética del lugar, transformando el espacio en propio, en una especie de prolongación del sujeto. La forma en que nos afecta nos protege o nos consume y cual es el efecto que produce en los demás.
De ahí la importancia en que este de acuerdo a nuestras energías, o al menos a lo que aspiramos. Una casa desordenada,  esta mostrando el mismo estado interno del sujeto, el cual inconscientemente lo refleja, recordemos que lo que pretendemos manifestar internamente primero se manifiesta en el exterior. Como es arriba es abajo y en relación a lo externo-interno funciona en el mismo plano de correspondencia. Para acceder a planos superiores o mejorar los estados internos, se debe empezar por lo más burdo aunque esto implique mecanicidad, el convencimiento de la mente (creadora) causado por la repetición, es el trasformador de personas y situaciones. Es el simple hecho de sostener una línea de pensamiento o un objetivo es lo que nos sitúa en la vida sustentando el poder de modificarla, según se desee. Que tiene que ver esto con el lugar en que vivimos? Mucho, porque como vivimos tiene relación con lo que somos, pues nosotros lo hemos creado. Sin tener que ver con lo que poseemos, sin hablar de cuestiones efímeras, se trata del ordenamiento, de los colores, de la simplicidad o complejidad o tal vez el atiborramiento de objetos que simplemente nos gustan y están ahí sin saber porque.
Todo tiene su explicación y su correlacionamiento, empezando por nuestro dormitorio que tal vez sea la muestra mas detallada de un ser, hasta el living que es la “cara” visible que mostramos al mundo.
Pero hablemos de energía y al respecto, nuestra casa puede ser un lugar donde cargarnos, porque tiene impresa en sus paredes y en cada espacio nuestra propia energía, con la que estamos acostumbrados a movernos, dependiendo de nuestro hábitos, seria de mucha utilidad la limpieza energética con frecuencia, ya que muchas veces incorporamos y traemos del exterior cosas que no nos pertenecen y allí quedan depositadas. Como también lo hacen nuestras alegrías y tristezas todo queda impregnado y dependiendo de en que medida de proporción sea (negativo – positivo) es como recepcionaremos el lugar, como de recarga y protección o consumiéndonos. También esta la posibilidad de que la vivienda ya traiga consigo sus propias historias y cargas energéticas, de otras personas que allí vivieron, de cosas que sucedieron en el pasado, todo tiene su memoria y nada lo tiene mas que un espacio habitado.
Que sucede cuando vamos a otra casa que no es la propia?
Dos cosas, podemos notar la baja frecuencia vibracional sintiéndonos cansados, con malestar y hasta dolor de cabeza o muscular, esto significaría que ese lugar tiene una vibración más densa y la diferencia de frecuencia es captada por nuestra aura que siente la opresión, bajando incluso nuestra banda vibratoria, con una absorción de nuestra propia energía. La energía al ser inteligente, establece un promedio generalmente medio – descendente, rara vez lo hace en forma ascendente donde debería haber muchísima elevación para que asi sucediera.
Sin embargo hay lugares en los que nos sentimos estupendamente bien, podemos incluso llegar a salir mejor de lo que entramos, eso significaría que la vibración del sitio es no solamente compatible con la nuestra sino tal vez mas elevada y eso provocaría el bienestar.
Por estas causas, se debería tener ciertos cuidados y cierto orden en el entorno, ya que de querer interiorizarlo, primero deberíamos exteriorizarlo.
Cuanto más tengamos fuera de lugar, mas lo tendremos en nuestra vida, ya que una cosa es proyección de la otra.
La simple observación del entorno, nos estaría mostrando entonces mas de nosotros mismos, es un descubrimiento interno al vale la pena prestarle atención.

 Pautas para mejorar nuestro entorno

1)      Lo más simple y sencillo seria la luz solar una casa bien iluminada, renueva su energía constantemente. En caso de vivir en un apartamento de interior o mal iluminado, esta la posibilidad de la ventilación (siempre que se pueda). El aire es el  renovador en estos casos. Otra opción seria colocar en una ventana donde de el sol, una esfera de vidrio facetada que al recibir los rayos solares, se descompone en la gama de colores del arco iris, dejando el ambiente agradable y calido.

2)      Un ordenamiento básico, lo suficiente para que nos resulte práctico y cómodo el lugar. Ya que cada ser es único y sus necesidades de confort pueden ser múltiples, aquello que nos parezca aceptable, así será. Tratando de ver si todo lo que tenemos en un sitio, realmente lo necesitamos o nos parece agradable .Cada objeto es una parte nuestra y muchas veces podemos proyectar en estos algo que no nos beneficie .
3)      Incorporar a nuestra solución para asear los pisos, vinagre y sal gruesa, esto lo “limpia” energéticamente, desprendiendo todo residuo energético que este allí depositado.. También es posible utilizar una solución de vinagre y agua en partes iguales para vidrios, espejos y puertas.
4)      Una vez al mes al menos, quemar en carbón incienso, mirra y benjuí, otra buena opción seria la quema de hierbas. Pasarlo por los rincones de la casa en forma circular en sentido anti-horario visualizando como el humo que desprende se lleva todo lo que no este en armonía y de acuerdo a las energías de los moradores del lugar. Es importante detenerse en los rincones y bajo las vigas, que es donde se produce la mayor acumulación energética.
5)      Escuchar música clásica o los cantos gregorianos, el sonido y la vibración que estos producen elevan la frecuencia vibratoria de cualquier lugar.

Estas son  sugerencias que pueden hacerse, lo importante es dejarse guiar por la propia intuición. El detenerse en la observación de como esta el lugar en el  cual elegimos habitar, nos da una idea si este nos contiene o deseamos estar lo menos posible. Adecuando el espacio a nuestras formas, es una buena manera de comenzar en el camino del equilibrio, la armonía  y el bienestar.






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