“Es mejor escribir para sí mismo y no tener público, que escribir para el público y no tenerse a sí mismo”

Cyril Connolly

lunes, 22 de agosto de 2011

LA MUERTE.


Muchas son las interrogantes que despierta este término, desde el desconocimiento, el miedo, las dudas, el mito, la soledad y frialdad que surgen de esta palabra.
Es una de las tantas cosas que la gente prefiere evitar hablar, como si mencionarlo lo estuviera atrayendo y la sola idea resulta perturbadora en nosotros y ni hablar de seres queridos.
La muerte vista como algo definitivo y radical, realmente resulta temeraria, si ese fuera el caso, sin embargo resulta que no lo es.

Es un asunto de desconocimiento absoluto lo que nos hace pensar así, ya que hemos sido programados a pensar en tal sentido, es un tema de educación, de condicionantes una vez más que se nos ha impuesto como sociedad, como ser humano limitado. En otras culturas la muerte tiene otro significado, se le da otra importancia y se celebra de formas diferentes que en occidente. La muerte es una transformación en la que el alma abandona el cuerpo en pos de la cadena evolutiva, es una ascensión, donde lo que vemos que queda es solo el cuerpo físico, no es el ser que lo habito, el cuerpo físico es simplemente el cascaron, el contenedor de algo mayor “el ser” que es en esencia inmortal. Es una metamorfosis en la que renacemos en otro estado del ser y de conciencia. Venimos a esta existencia a este plano con la posibilidad de perfeccionar la materia desde lo más sutil que es el espíritu la esencia es perfecta, la divinidad manifestada en cada uno de nosotros y la ardua tarea es la de sutilizar desde lo más denso que es lo físico hacia la comunión con el espíritu.

Para ello se emprende el viaje de la muerte y el renacimiento una y otra vez como medio para lograrlo, así que la muerte en sí misma no es un término  ni un final, tan solo es un pasaje entre estados y planos. Igual que cada noche sucede cuando el cuerpo duerme y descansa, esa es una pequeña muerte que nos sucede a diario y sin embargo no la encontramos fatal, la única diferencia con la muerte es que es más espaciada en el tiempo y no tenemos referente de una vida a otra. Al despertar cada mañana volvemos a estar ahí, aun cuando no recordemos por donde estuvimos, ni que hicimos, lo que parece importar es que volvemos a estar, a existir, a diferencia de la muerte que es más radical diríamos por no tener referencias concretas en la mayoría de los casos, de ahí surge: el miedo a lo desconocido, a dejar de existir, pero el que teme solo es la personalidad, el espíritu es ininmutable. Las personas que recuerdan los sueños con claridad suelen tenerlos hasta extremadamente vívidos, donde interactúan con otros, donde realizan tareas, es otro estado otro plano.

Mas allá de lo que sucede después de la muerte inmediatamente, pues hay tantas versiones como oradores y es algo que para la mayoría de nosotros es difícil de comprobar, lo que sí es una realidad es que uno no deja de existir o se desintegra en partículas o se va a un lago de azufre en el que lo castigaran por toda la eternidad, esos son pensamientos de mentes limitantes que solo se crearon para evitar que el ser humano alcance el total de su potencial….y que mejor que manejarlo a través de la mente, del miedo, o de la ignorancia?

Existen muchos mitos para sostener todas estas limitantes, desde las imágenes inclusive, LA PARCA o EL ANGEL DE LA MUERTE, lo cierto es que cada uno muere de acuerdo a como ha vivido, uno es consecuencia directa de lo otro, luego de haber realizado lo que tenía que hacer de acuerdo a su propia evolución. Es un periodo de descanso, porque lo difícil no está “arriba” en el cielo o donde cada uno crea que va, lo difícil es acá “abajo” que es donde se realizan los aprendizajes, en la interacción con el resto del mundo y en el autoconocimiento, allí es donde se producen los avances o los retrocesos.
La vida es lo difícil de encarar no la muerte, ella viene sola y como un proceso natural que todos atravesaremos antes o después, pues nada escapa a esta ley de transformación, basta con observar la naturaleza, los ciclos, los tiempos, los mundos, los universos, todo tiene su proceso de muerte y renacimiento.

En el tarot en los arcanos mayores, está representada por el arcano 13 ilustrada como un esqueleto con la guadaña en mano, que ciega todo a su paso, según el tarot Marsellés. 


Dispuesta a dar fin a una situación determinada, para un nuevo comienzo, es lo inevitable que afecta a todos los seres por igual sin importarle sus condicionantes, ni de origen, ni jerárquicos, ni raza, ni religión, todos sucumben bajo el filo de su guadaña por igual. Tiene un paisaje árido donde el invierno se ha adueñado de las circunstancias, pero tras este cambio en primavera el ciclo de la vida vuelve a comenzar.
 Así también es en la vida diaria, ya que el tarot es el viaje espiritual que cada uno debe realizar para adquirir la maestría de la conciencia infinita.

Ya que esto son solo palabras como tantas otras escritas….por qué no tomarlo en un sentido práctico? en el que sabiendo que si ha de ser impostergable e ineludible y frente a tantas interrogantes, vivir cada instante sabiendo que podría ser nuestra última mirada a esta maravillosa existencia donde todo tiene vida y donde somos parte de una creación que camina hacia la eternidad, compartida con todos los seres que nos acompañan,  a veces el mirar  la muerte a la cara nos insta a vivir más intensamente, resulta una paradoja muy interesante para reflexionar…..



“¡Cuando la muerte se precipita sobre el hombre, la parte mortal se extingue; pero el principio inmortal se retira y se aleja sano y salvo.”
                                                                               
Platón (427 AC-347 AC) Filósofo griego.

“La muerte sólo será triste para los que no han pensado en ella.”

Fénelon (1651-1715) Escritor y teólogo francés.

“La muerte no es más que un cambio de misión.”

Leon Tolstoi (1828-1910) Escritor ruso.




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