“Es mejor escribir para sí mismo y no tener público, que escribir para el público y no tenerse a sí mismo”

Cyril Connolly

lunes, 8 de agosto de 2011

“QUE CAMBIEN LOS OTROS..”


Eso es lo que se espera todo el tiempo de manera consciente o no. En la mayoría de los casos así es como sucede, los problemas son de los otros, la culpa de que no entienden lo que sucede y el por qué actúan de determinada manera que nos perjudica y sería tan sencillo hacer las cosas si “se dieran cuenta”. El ser humano tiene la tendencia bastante “tendenciosa” valga la redundancia de querer modificar todo lo que se le presenta, sea una situación o una persona dentro de alguna relación, el gran dilema seria por qué modificar aquello que encontramos de determinada manera, sabiendo que es así? Tal vez para alguna satisfacción personal? En un fin altruista para mejorar al otro? O sencillamente para darnos el gusto, pensando que mejoramos al otro, cuando tan solo queremos ejercer nuestra voluntad arbitrariamente? Donde vimos, escuchamos o creímos que lo que a nosotros nos parece puede ser beneficioso para el otro?
En principio la pregunta seria, por qué necesitamos que el otro cambie? Eso marca una determinada necesidad interna que no tenemos resuelta, entonces …seria bueno pensar que núnca alguien de afuera nos puede dar determinada satisfacción, pues la disconformidad es propia, es interna y aun cuando resolviéramos este asunto, luego vendría otra insatisfacción a ocupar su lugar.

Seria utópicamente imposible que alguien satisficiera todas nuestras necesidades, aparece entonces la misma frase una y otra vez de  la revisión interna, de mirar hacia adentro, donde esta todo y donde se crea todo. Empezando a pensar tal vez, que fue lo que nos llevo a determinada situación? Como fue que nos involucramos, donde quedamos enganchados y por qué con tal persona? Lo que ahora nos molesta, acaso no lo vimos con anterioridad? O decidimos obviarlo muy hábilmente? Las circunstancias nos afectan en la medida que lo permitimos y le damos poder. Las decisiones que tomamos cada día depende en exclusividad de nosotros, el decidir si nuestro día será satisfactorio o nos quejaremos todo el tiempo, si vamos a hacer las compras o lo postergamos, si debemos asear la casa o dejarlo para después, entonces a otro nivel también decidimos constantemente involucrarnos con tal o cual sujeto.

También en esto se debe tener en cuenta la responsabilidad que nos compete, porque difícilmente una situación o persona nos caerá del cielo y se plantara delante nuestro como si sacáramos una rifa. Cada persona tiene determinada esencia, que endurecida o no por la vida la tiene más o menos acentuada, según le haya tocado vivir y que resultado  genere de sus experiencias. Como mucho podría tener algún incentivo para “cambiar” pero eso ya depende de la persona misma, siendo únicamente esta la que puede optar por hacerlo o no, ya que el nivel de comprensión que genere más la perspectiva que tenga de evolucionar podría obrar en tal sentido. La naturaleza de las cosas determina las afinidades en términos de vibración, donde lo similar se atrae, entonces la pregunta seria….qué estoy reflejando de mi mismo en esta persona que me molesta?




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