“Es mejor escribir para sí mismo y no tener público, que escribir para el público y no tenerse a sí mismo”

Cyril Connolly

lunes, 1 de agosto de 2011

EL PODER DE LA OBSERVACIÓN.



Nace de la atención, sin embargo no necesariamente ésta luego es sostenida.
La observación es la utilización de los sentidos a modo de interpretación de un hecho o situación de cualquier índole. Puede ser simplemente una ráfaga a nivel mental en la que carente de la atención debida, pasa por nuestra mente de manera fugaz a modo de impresión pasajera, siendo de esta manera olvidada con facilidad.
Lo que realmente hace de la observación una herramienta de importancia es la ATENCION, La mente por lo general divaga todo el tiempo cargándonos con ideas, recuerdos, deberes, fantasías, viajes en el tiempo pasado-futuro, cuando realizamos una tarea, incluso interactuando de forma oral con otras personas.
La sensación de “no estar ahí” dejando que el otro hable, por aburrimiento o por desinterés, tal vez por “pendientes” que no queremos olvidar.
De donde nace la observación? De la necesidad de el hombre  como ser pensante, de conectarse con su entorno, de entender lo que lo rodea, primariamente de los fenómenos naturales y luego en el conocimiento de sí mismo.
Los animales también lo tienen en cierto grado, pero no como procesos mentales, es algo que tiene que ver con el instinto de supervivencia, tiene que ver con la conducta de la especie.
La atención hace de la observación todo un arte, el cultivarla hace que registremos todo lo que sucede en ese momento, hasta el mínimo detalle, percibiendo con todos los sentidos estudiando todas las posibilidades y sacando conclusiones de los hechos.
 Recordando simplemente que la mente al segundo hace asociaciones todo el tiempo, llevándonos a la imagen más ajustada de  “donde vimos esto?” donde se logra la interpretación dada.
Que sucede cuando no la sostenemos? Se pierde mucha información valiosa que podría servirnos para el futuro, en cuanto al desenlace de un acontecimiento o determinar qué clase de persona tenemos delante, donde podríamos si no librarnos de la situación o persona al menos atenuar lo que resulte de ello y evitar que nos tome desprevenidos.
Cuál es la forma de cultivarla? Observando el ámbito en el que se genera el hecho, a la o las personas, deteniendonos en detalles que podrían parecer insignificantes, pues hasta eso que parece sin importancia nos muestra una actitud  reflejo de un sentir o pensamiento, ya que el interior se manifiesta en el exterior, como una postura corporal, la tonalidad en que se expresa la forma de hacerlo, reacción frente a tal o cual circunstancia puede ayudar a mostrarnos su posible forma de desenvolvimiento en una circunstancia futura similar donde coincidan ciertos estímulos.
Si bien podría compararse con el P.N.L. (programación neuro lingüística) la idea es incorporarlo de forma “natural”, donde no intervengan tanto los adiestramientos con estructuras pre establecidas. Ya que toda instrucción dada desde la mente como forma estructural, nos da un direccionamiento determinado, dejando de lado todo lo demás. Es como pensar en un solo sentido, a lo que yo llamo “pensamiento flechado”, pudiendo confundir una interpretación de algo muy puntual sin ver el resto del escenario.
Muchas personas poseen esta facultad, de tan solo ver a una persona ya saben como es, o en determinada situación pueden predecir un desencadenamiento de sucesos.
Es la observación seguida de la atención sostenida la que los guía, mientras otros, ni siquiera saben lo que sucede o porque se genero tal o cual proceder.
También dentro de la observación esta el “no querer ver” o ver lo que se quiere, donde se tergiversan lo sucesos de acuerdo a nuestros deseos o aspiraciones.
De forma explícita seria  que por un lado percibimos cierta información que hábilmente optamos por “obviar” pues no es de nuestro agrado o conveniencia y por el otro recopilamos la información distorsionada, como nos gustaría que fuera.
Hay individuos que sostienen esto por mucho tiempo, con situaciones, personas etc., incluso la visión que tienen de sí mismos no es real.
La forma certera de discernirlo es superponiendo los hechos con las ideas que se tienen, frente a lo concreto y comprobable no hay posible error, pues una fruta seguirá siendo una fruta la pongamos indistintamente en cualquier lugar posible o asignándole un determinado rol, hasta con los justificativos más astutos, seguirá siendo una fruta.
La mayoría de las equivocaciones y errores son sencillamente la falta de atención sostenida.
De ahí la diferencia entre lo que creemos que somos y lo que somos en realidad o de lo que vemos.
Podemos creernos exitosos, repetir afirmaciones, tratar de sentirnos de determinada manera, pero si no hemos conectado con el sentir real que sale del corazón (chakra cardiaco) desde la emoción, todo puede quedarse en meros mentalismos de “casi…” la realidad que vivamos es la que nos muestra donde estamos o donde seguimos estando.
El poder de la observación nos descubre un mundo en el que quizás hemos pasado de largo todo este tiempo.
Mejora nuestras relaciones interpretando mejor todo lo que nos rodea, nos previene de personas o circunstancias desagradables, nos muestra la realidad en que nos encontramos y no en la que creemos estar.
Puede parecer algo simple, pero no lo es, a la hora de aplicarlo simplemente decidimos pasarlo por alto por parecer tan obvio, esto demuestra lo contario.

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