“Es mejor escribir para sí mismo y no tener público, que escribir para el público y no tenerse a sí mismo”

Cyril Connolly

viernes, 12 de agosto de 2011

LA REENCARNACIÓN .


Es una ley universal establecida en todos los sistemas del cosmos que al ser cíclica como los días y las noches o las estaciones se manifiestan en una expresión de periodicidad inherente a esa ley. Se encuentra muy en relación con la ley del Karma, donde encontramos el equilibrio perfecto entre la justicia y la compasión. Se nos viene otorgando eternidades enteras para el desarrollo absoluto del ser humano y mas allá aún, para alcanzar niveles cada vez más altos de perfección donde depende exclusivamente del mérito individual y del libre albedrio que poseemos como un don que se nos ha otorgado.

Lo ideal sería alcanzar rápidamente los estados más profundos del ser, el despertar de la conciencia divina pues no lograremos estados “nirvanicos” en un estado simplemente de animal superior, por ello tenemos múltiples oportunidades de aprender, evolucionar y ascender, lo importante a saber es que no existen las condenaciones eternas a ningún infierno( a no ser la realidad vivida diariamente producto de nuestros pensamientos y creaciones) la misericordia divina siempre nos presentara otra oportunidad, lo mejor sería esforzarnos en esta vida para no tener que repetir errores en la siguiente o enmendar lo que hayamos causado. La ley del Karma es una ley a la que estamos sujetos la humanidad entera la cual no podemos evadir hasta haber alcanzado cierto nivel de perfeccionamiento, así seguiremos encarnando vida tras vida, hasta haberlo logrado.


¿Qué es la encarnación?
Significa encarnar, revestirse de cuerpos (unidad septenaria en el ser humano) como el físico por ejemplo donde el espíritu experimenta la materia y nuestra alma asciende en un proceso una y otra vez en un ciclo evolutivo. Todo está vivo y todo tiene vida por eso no solo los seres humanos reencarnamos, pero aquí solo nos referiremos a los nacimientos humanos.

¿Qué es lo que reencarna?
Es el alma humana como vehículo del espíritu, aclaremos un poco más, ya que podría haber una confusión, el alma y el espíritu no son lo mismo, la mónada que es la “chispa divina” es de tal sutilidad que necesita de un vehículo en el cual manifestarse, como el cuerpo físico es el contenedor del alma. Hay toda una serie de planos en que se manifiestan los diversos aspectos del hombre hasta llegar al más denso que es el físico.

¿En que se reencarna?
En la personalidad o cuaternario inferior (compuesto de 4 vehículos, mental inferior, emocional, etérico y el cuerpo físico) Esta es nuestra naturaleza temporal, mortal la que muda permanentemente en los ciclos de reencarnación. El hombre no es un cuerpo físico, ni sus deseos ni pensamientos, ni siquiera sus pensamientos concretos, sino que es el “YO” manifestándose a través de estos vehículos.



En cuanto a la periodicidad de la encarnación es variada ya que hace miles de años en el transcurso de una ascensión, para la reencarnación podía pasar mucho tiempo, pero en estos últimos tiempos los tiempos se han acortado, en términos evolutivos se podría decir que las individualidades más atrasadas y las muy avanzadas reencarnan más rápidamente, ya que unas 
por su propio peso y por no tener la evolución suficiente encarnan incesantemente no pudiendo sostenerse en los planos más sutiles y las otras debido a su nivel evolutivo superior optan por encarnar dejando de lado posibles estancias más largas en los planos sutiles para en el plano físico venir a servir, ser conductores y enseñar en una tarea de altruismo, así evolucionar más rápidamente en consecuencia.


¿Por qué no nos acordamos de las encarnaciones anteriores?

Al finalizar la encarnación  aquello que hemos aprendido, en lo que hemos mejorado y adquirido para nuestra evolución se repliega de plano en plano hasta que esa información la absorbe el alma, donde se guardan las memorias de vidas pasadas, comúnmente no tenemos acceso a esa parte de nuestro ser, pero allí está todo, guardado, almacenado, al menos no tenemos un acceso consciente. Cuando nacemos el alma ya trae consigo todo esto que recolectamos de vidas anteriores, por eso el individuo nace con ciertas capacidades inherentes a su individualidad, diferente de otros, es como si cada uno viniera a este mundo con sus dones especiales. Usualmente las utilizamos en esta vida y las “conocemos” de forma innata.

Existen personas que tienen recuerdos de sus vidas anteriores, pero no es lo más común, los niños pequeños en general poseen esta capacidad que se les va “durmiendo” a medida que crecen y encuentran la censura de los adultos en el choque frente a esta realidad que creemos real.



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